miércoles, 23 de noviembre de 2011

ARTE ROMANICO.

ORIGEN.
Los romanos penetraron en la Península Ibérica en el 218 a.de C. y sobre todo, a partir de la mitad del siglo II a. de C. empezaron a crearse asentamientos estables. No tardó en generarse una pronta e intensa romanización que duró más de cinco siglos y que he dejado en nuestro suelo restos arqueológicos de primer orden.

CARACTERÍSTICAS GENERALES

El arte Románico se desarrolló en una época de pobreza y aislamiento comercial de toda Europa, cl feudalismo El arte Románico se desarrolló durante los siglos XI, XII y mediados del XIII, época en que comienza el arte gótico

El arte Románico tiene varias características comunes independientemente de donde se desarrolle:

Es un arte funcional. Es un arte hecho no para ser visto, sino para existir y ser practicado El material utilizado eran las piedras en forma de bóveda La escultura y pintura servían para resaltar la arquitectura.



Es un arte del material. El arte Románico resalta la belleza de los materiales que utiliza, se convierte en tema de si mismo.


PLANTA Y CORTE DE UNA IGLESIA ROMANICA.

El arco preferido es el de medio punto, que se utiliza en la bóveda, en las arquerías de las naves, en las portadas y en los vanos o ventanas. El movimiento de traslación del arco genera la bóveda de cañón que se apoya, por lo general, en dos muros paralelos que son a la vez de cerramiento y de apoyo. Tal tipo de bóveda ejerce un fuerte empuje lateral que tiende a separar los muro, por lo que se generó la tendencia a construirlos gruesos y no muy altos, para así no reducir su resistencia. También para fortalecer la bóveda se utilizaron arcos de refuerzos denominados fajones o perpiaños, los cuales van a tener una doble función, absorber parte del peso de la bóveda para dirigirlo a los soportes interiores y fragmentar la bóveda, que al dejar de ser continua, disminuye el riesgo de su deformación. En el exterior, se colocan contrafuertes,que son unos robustos macizos de obra, cuya función consiste en reforzar los lados del arco fajón, que es el punto de máxima tensión lateral, y contrarrestar el empuje lateral de la bóveda. Los contrafuertes tienen, por tanto, una función fundamentalmente constructiva, pero, además, contribuye con su resalto, verticalidad y paralelismo, a la decoración del exterior.
En las naves laterales se utilizó la bóveda de arista(4), aunque existen ejemplos en los que son utilizadas en la bóveda principal. Este tipo de bóveda surge del cruce perpendicular de dos de cañón cruzadas. Cuando el edificio es de una sola nave, se utiliza como soporte, el propio muro. Si es de varias naves, como suele ocurrir en la mayoría de edificios importantes, se precisa en el interior un sistema de apoyo más complejo. En este caso se utiliza de forma más generalizada los pilares compuestos, que reciben el peso de cuatro arcos: del fajón, de las bóvedas de cañón y aristas, de la bóveda central y lateral, y de los arcos laterales. O bien forman divisorios de las naves. Son las llamadas arquerías o hileras de arcos. Cada uno de estos arcos descansa sobre un resalte de pilar, por esta razón se le llama pilar cruciforme o compuesto. Los problemas de equilibrio son mayores cuando la iglesia tenga varias naves. Tales dificultades se intentan solucionar contraponiendo unas bóvedas con otras para contrarrestar los mutuos empujes, elevando las naves laterales hasta prácticamente la misma altura que la central. En este caso, la nave central aparece ciega, con poca iluminación, sin vanos, mientras que son las laterales las que dan luz al templo. Otra forma más hábil puede ser la instalación de una tribuna sobre las naves laterales, que además de aumentar la capacidad del templo, cumple una función constructiva, ya que la bóveda que la cubre, un cuarto de bóveda de cañón, hace el efecto de una superficie de descarga. En realidad, este cuarto de bóveda de cañón, actúa de arbotante al traspasar parte del empuje de la nave central a los muros y contrafuertes. Ahora la nave central queda en penumbra, pues las ventanas de las naves laterales dan una luz moderada aunque esta estructura permite abrir más vanos.
Arco de medio punto   bóveda de cañón   Contrafuertes   Bóveda de arista
Las columnas, por su parte, reducen su presencia en el románico, perdiendo, además, el sentido de las proporciones del orden clásico.

Los capiteles van a considerarse un marco privilegiado para el desarrollo de la plática románica. En ellos se concentran la decoración escultórica. El artista hace esfuerzos para convertir las volutas en cabezas de monstruos. En otras ocasiones escenas de hombres perseguidos por serpientes o muchos otros motivos de carácter mitológico y fantástico, así como escenas del Antiguo Testamento.
Capitel románico   Capitel románico   Capitel románico
La planta más generalizada en las iglesias de este periodo, es de cruz latina, con una o varias naves longitudinales, ábside semicircular en la cabecera y amplio transepto. En las iglesias de peregrinación, las naves laterales se prolongan alrededor del presbiterio formando una girola o deambulatorio, provisto de capillas, permitiendo a los fieles deambular por el interior de las iglesias sin interrumpir los oficios que pudieran desarrollarse en la principal. El origen de la girola es la cripta carolingia.
El pórtico es la entrada a la Jerusalén Celestial, es decir, a la casa de Dios en la tierra que es lo que se considera la Iglesia en la cultura románica. Es el lugar donde se concentran preferentemente también la decoración escultórica con un programa iconográfico muy concreto.

La iglesia románica no fue solamente una suma de elementos relacionados entre sí. Al ser la casa de Dios en la tierra, debería reflejar el orden universal de la Divinidad y seguir determinadas leyes simbólicas. La planta recuerda la disposición del cuerpo humano y más concretamente, la imagen de Dios-Hombre y Cristo Crucificado. De esta asociación se habla con bastante frecuencia a lo largo de la Edad Media. La cabeza se identifica con el ábside, que es el santuario de Dios. El corazón y los brazos extendidos, con el crucero. El transepto, con el torso. Las piernas con las naves. En algunas construcciones se ha relacionado la desviación hacia la izquierda, entre el ábside y las naves, con la cabeza caída del crucificado. Por ejemplo, la Iglesia de los Arcos de Cuenca.

ARQUITECTURA CIVIL ROMANICA.



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